Nadie se levanta queriendo a alguien y deja de quererlo a la hora de la siesta.

jueves, 17 de noviembre de 2011

Pero de repente aparece alguien que te dice que tranquilo, que aflojes. Y cuando aflojas, te das cuenta de las cosas. Te das cuenta de que en la estantería, hay un trofeo de baile entre las botellas de tequila, que está sonando mi canción favorita. Que hoy es martes y trece, y que Rosana se fugaría contigo ahora mismo a cualquier parte del planeta. Cosas pequeñas Claudio, tu hija me enseña a ir despacio. Y eso me sienta bien.

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